martes, 10 de julio de 2007

Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando.
Soñar con la libertad, soñar con la justicia,
soñar con la igualdad y ¡¡ojalá!!...
ya no tuviera necesidad de soñarlas.
Soñar a mis hijos, grandes, sanos, felices,
volando con sus alas, sin olvidar nunca el nido.
Soñar con el amor con amar y ser amado
dando todo sin medirlo recibiendo todo sin pedirlo.
Soñar con la paz en el mundo, en mi país...
en mi mismo, y quién sabe cuál es más difícil de alcanzar.
Soñar que mis cabellos que ralean y se blanquean
no impidan que mi mente y mi corazón sigan jóvenes,
y se animen a la aventura, sigan niños
y conserven la capacidad de jugar.
Soñar que tendré la fuerza, la voluntad y el coraje
para ayudar a concretar mis sueños
en lugar de pedir por milagros que no merecería.
Soñar que cuando llegue al final
podré decir que viví soñando y que mi vida fue un sueño
soñado en una larga y plácida noche de la eternidad.

Martin Luther King

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